Hola, soy Sayuri, y hoy vengo a darte la bienvenida al verano y contarte algo que me llena de energía desde que llegué a este rincón del Mediterráneo.
Porque no hablo de cualquier verano… hablo del verdadero. Ese que se siente en la piel, que huele a crema solar, a mar salado y a helado de vainilla que se derrite un poco antes del segundo mordisco.
Es ese verano donde el tiempo parece ir más despacio, donde basta con una brisa cálida y el sonido de las olas para que todo encaje. Aquí, todo se ve diferente: los colores son más vivos, la gente sonríe más y hasta el aire tiene un brillo especial.
En Akihabara los veranos también tienen lo suyo, con festivales llenos de yukatas, fuegos artificiales y puestecitos con takoyaki, pero aquí, en la playa, todo es diferente. El cielo es tan claro que parece pintado, el mar no se detiene y la arena... bueno, la arena termina encontrando su camino en todas partes.
Una nueva estación, una nueva historia
Para mí, el verano siempre ha sido como un reinicio. Es la estación que invita a salir de la rutina, probar cosas nuevas y, sobre todo, dejarse llevar por lo que a una le hace feliz.
Hoy me vestí con un vestido de rayas, me puse mi sombrero favorito y bajé hasta la playa con un helado en la mano. No tenía un plan concreto, solo quería dejar que el día me llevara.
Me senté cerca de una sombrilla multicolor, construí un pequeño castillo de arena (sí, aún me gustan) y observé cómo las olas iban y venían. A veces no hace falta mucho más para sentirse bien.
¿Y tú, cómo empiezas tu verano?
Quizá ya tengas vacaciones planeadas. O tal vez te toque trabajar, estudiar o quedarte en casa. Sea como sea, espero que encuentres tu pequeño momento de verano. Ese instante que te recuerde que hay belleza en las cosas simples.
Yo, por mi parte, seguiré recorriendo nuevos lugares, contando historias, y claro, celebrando contigo cada día especial.
Este verano, hagámoslo inolvidable.
Hasta pronto.
— Sayuri